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Crisis de opiáceos: la declaración de urgencia sanitaria no es suficiente
La Casa Blanca declaró el jueves pasado que la crisis de opiáceos es una emergencia sanitaria y prometió erradicar el flagelo de la drogadicción en la nación norteamericana.
La epidemia de los opiáceos en Estados Unidos tomó relevancia el pasado 27 de octubre tras la declaración de la Casa Blanca de emergencia sanitaria pública en el país. No es un problema menor, ya que en promedio siete personas murieron cada hora por sobredosis durante 2016, sumando un total cercano a 64 mil fallecidos.
“Dianova International apoya la declaración del gobierno norteamericano porque pone de relieve una crisis de enormes proporciones y podría permitir, entre otras medidas, la contratación de especialistas para enfrentar la crisis y ampliar el uso de servicios de telemedicina para tratar a las personas en áreas rurales devastadas por el uso de opiáceos, donde a menudo hay escasez de médicos”.
Sin embargo, Dianova International lamenta el hecho de que Washington haya calificado la crisis como una ’emergencia sanitaria’ en lugar de una ’emergencia nacional’ como había prometido hacerlo en una declaración realizada en agosto pasado. La declaración de una ’emergencia nacional’ habría permitido desbloquear rápidamente los fondos necesarios para implementar los tratamientos médicos que muchos expertos en salud pública consideran esenciales, mientras que, por el momento, la directiva, no permite la obtención de fondos adicionales.
“Es preocupante ver como entre 1999 y 2015, más de 560.000 personas perdieron la vida por esta causa, una cifra que supera a toda la población de Atlanta. Por esta razón, como ONG manifestamos nuestro desasosiego y continuamos un trabajo conjunto con todos nuestros miembros y sedes a nivel mundial en la prevención de las adicciones de opiáceos, apoyando a quienes están sufriendo este grave problema”, enfatiza Dianova International.
La entidad agrega: “Estamos convencidos de que la solución solo podrá concebirse con un conjunto de medidas, siendo uno de los objetivos prioritario reducir la cantidad de recetas de opiáceos prescritas por los médicos. Esta situación ha disminuido un 18% entre 2010 y 2015, un porcentaje en el cual se debe seguir enfocando los esfuerzos gubernamentales y de salud”.
Para Dianova International también es imprescindible que el gobierno federal haga esfuerzo financiero adicional en las comunidades y los estados para la implementación de tratamientos específicos destinados a las personas con trastornos de adicción, y que no sean ellas quienes deban buscarlos. En ese aspecto, ‘es necesario implementar programas residenciales a medio y largo plazo en comunidades terapéuticas y afianzar los programas de sustitución con metadona o buprenorfina, que están entre los tratamientos más eficaces’.
Para entender la crisis de los opiáceos en Estados Unidos, consulta esta Infografía
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