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Señales sutiles de que una pareja se hunde a las que nadie hace caso, y todos deberían

Posted: 3 noviembre, 2017 a las 9:30 am   /   by   /   comments (0)

Cuidado si detecta estos comportamientos en su pareja
Hay señales inequívocas de que una relación está llegando a su fin. Por ejemplo, cuando la pareja no se soporta, hay discusiones constantes o se lleva una doble vida. Sin embargo, hay pequeñas actitudes cotidianas que la minan sin levantar sospechas. “Si sabemos detectar estas señales a tiempo, podremos poner fin a ese vínculo con pocos daños colaterales o rescatarlo del abismo si consideramos que vale la pena luchar por él. Todo va a depender de los pactos que existan entre ellos y de la capacidad para renovarlos con creatividad”, afirma Ernesto Iglesias, psicólogo con 30 años de experiencia en terapia de pareja y trastornos de la personalidad. Esta lista puede ponerle sobre aviso de lo que hablamos.

1. Hace (muchos) nuevos amigos
Rodearse de amigos es enriquecedor para una pareja, dice un estudio de la Universidad de Georgia (EE UU). Otro estudio, publicado en Journal of Marital and Family Therapy, certifica que tener cada uno su propio espacio aporta beneficios a la estabilidad de la pareja. Otra cosa es que esas amistades personales surjan de la nada y empiecen a ocupar todo el espacio. “A medida que la tensión se establece, la interacción entre ambos se debilita y la atención de uno por el otro es reemplazada por las fantasías que cada uno tiene sobre su nueva vida, lejos de su actual pareja. Aquí suele comenzar una búsqueda, en una forma emocional o física, de una persona diferente a su pareja para conectarse y sentirse conectado”, indica Iglesias.

2. No traga a su familia
Si la convivencia en pareja ya es complicada, añadirle una familia política multiplica esta dificultad. Muchas veces, incluir las opiniones de otros es poner más peso sobre nuestras espaldas. Hay que lidiar con ello porque nunca vamos a estar libres del juicio ajeno. Pero cuando es su pareja la que se olvida de ellos, los ignora o pierde detalles, la relación no va como se esperaba. Según el psicólogo, podría encubrir cierto desprecio a todo lo que tenga que ver con usted.



3. No respeta su espacio personal
Justo lo contrario de lo anterior. Está bien compartir cama, sofá o mesa de comida. Pero cuando en situaciones de tranquilidad y separación no se cumple la norma subterránea de dejarse en paz, la historia cambia. No se puede estar todo el día encima de alguien: hasta los koalas se fatigan. Como escribe Manuel Fernández Antón, psicólogo y sexólogo clínico, en el blog El Rincón del Hombre, puede subyacer una cuestión de dependencia, de inseguridad o de celos: “Quien intenta someter a su cónyuge en todo momento por miedo a perderlo, suele terminar por provocar precisamente aquello que quiere evitar”.

4. Se le olvida preguntar por cosas importantes
¿Anoche usted se acostó incubando una gripe y a la mañana siguiente su pareja no le pregunta cómo se encuentra? ¿Ha tenido una entrevista de trabajo y no se interesa por cómo le ha ido? No es buena señal, según el psicólogo. Como tampoco la previsible reacción de usted. “Es probable que se vea tomando decisiones sin considerar los sentimientos del otro o dejando de lado cómo podrían afectarle”, señala. En tal caso, si aún le interesa salvar la relación, es mejor sentarse a hablar.

5. Vive anclado en el pasado
Determinados comentarios pueden dar a entender que, para su pareja, cualquier tiempo pasado fue mejor. Es el caso de quienes no paran de recordar a su ex, algo normal si ocurre de vez en cuando —han compartido vivencias e intimidades—, pero que en forma de alusiones frecuentes puede significar dos cosas: que no ha pasado página o que el/la ex ha vuelto a aparecer. En general, detrás de muchas evocaciones del pasado puede haber un reproche. “Cuando te sientes atrapado en una discusión con tu pareja y sientes que estás perdiendo, usas la baza del pasado. Esto tiene como consecuencia que discutir se transforme en algo que nos aleja y nos hace sentir que ya no somos un equipo”, dice el psicólogo.

6. Le ‘esconde’ en redes sociales
A medida que una relación se vuelve más íntima, sus miembros usan menos las redes sociales, detectó un estudio del Instituto Rochester de Tecnología. También encontró que cuando uno de los dos es demasiado activo se cierne sobre la pareja la sombra de los celos, y hace difícil que la relación pueda evolucionar. Peor aún es cuando el adicto a Facebook ignora al otro recurrentemente en sus comentarios, como si lo escondiera. “El equilibrio es lo importante”, asegura Iglesias. “Cuando no existe, todo se complica”.

7. Tiene opiniones distintas sobre el dinero
Los conflictos maritales sobre las finanzas son “más penetrantes, problemáticos y recurrentes, así como más difíciles de resolver, a pesar de que requieren más intentos de resolución” que otros problemas, según un estudio de la Universidad de Winsonsin Madison (EE UU). Como dice Iglesias, las parejas que llevan bastante tiempo juntas lo tienen más fácil (cada uno conoce el punto de vista del otro), de modo que cuando, aun así, el dinero se interpone entre ellos, “todo comienza a ir mal”, advierte.

8. Se pasa de pegajoso
Tener todo el día encima a su pareja puede resultar agradable al principio —a nadie le disgusta sentirse apreciado—, pero si se prolonga en el tiempo puede acarrear dos problemas: que usted termine harto (y busque el modo de librarse de él o ella) o que su pareja acabe por recriminarle que ese acaramelamiento no es recíproco. “Los sentimientos son importantes y deben ser explorados, pero son míos, es decir, son de mi responsabilidad y no puedo culpar a nadie por lo que siento”, indica el experto, que ve la sobreprotección como un posible vacío en el que la ejerce.

9. Ya no le escucha
Cuando uno ha pasado gran parte de su vida con una persona es fácil creer que sabe la intención que hay detrás de sus palabras. Pero podemos equivocarnos, porque las personas evolucionan, y esos prejuicios continuos torpedearán constantemente la relación. Como dice Iglesias, “el mecanismo que comienza a aparecer en esta instancia es que priorizo lo que creo que está detrás de sus palabras, lo que me ha querido decir por encima de lo que realmente me ha dicho”. Porque a veces —solo a veces— las cosas dentro de una pareja se dicen sin doble intención.