Economía
Por qué no debes darle a tus hijos todos los juguetes que quieren
Como todos los niños, cada inicio de año la lista de juguetes que quería pedir a los Reyes Magos era extensa: muñecas, casitas, ropa, zapatos, dulces, el juego de moda, juegos de té y ‘maquillaje’, libros para colorear y más…
¿Cuánto me traían de eso? Sólo una o dos cosas.
El esperado momento del Día de Reyes se convertía en una total frustración al despertar y ver bajo el árbol de Navidad dos o tres juguetes.
“¿Y mi otra muñeca?, ¿y mi casita?, ¿y mi pijama?”.
Dependiendo de muchos factores en el año -entre ellos cómo me haya portado y los gastos familiares- las respuestas eran casi las mismas:
Es lo que te mereces
No se te va a cumplir todo lo que quieras
Los Reyes Magos no te van a cumplir todos tus caprichos
Como no te portaste bien, esto es lo que te trajeron
Todas, en especial las tres primeras respuestas, me enojaban mucho. Hoy estoy agradecida de que los ‘Reyes Magos’ no me hayan concedido todo.
De acuerdo con expertos en psicología no frustrar a los hijos es malcriarlos y convertirlos en unos consentidos.
¿A quién le gusta negar cosas a sus hijos o sobrinos? A nadie. Ni las rabietas ni la impotencia por las caritas de tristeza son agradables, pero la realidad es que los padres no pueden ser esclavos de niños que de adultos no sabrán esforzarse por lo que quieren.
El asesor personal y legal de multimillonarios y también autor del libro Entitlemania: How not to spoil your kids, and what to do if you have (Entitlemania: Cómo evitar consentir a tus hijos y qué hacer si ya son así) asegura que consentir a los niños sólo provoca malos resultados:
(Los niños nunca desarrollan) una sensación de orgullo propio al salir de sus dificultades”.
Al darles todo, los niños “terminan siendo adultos que en lugar de sentir orgullo por el trabajo propio, simplemente se sienten merecedores de algo o de todo, o que tienen el derecho” de tener lo que desean a nivel profesional o material.
Y, aunque este comportamiento de consentir a los niños pueda parecer propio de las familias con ingresos medios a altos, la realidad es que sucede en todos lo niveles, según el experto.
Y a veces la frase “quiero que tenga lo que yo no tuve” lejos de ser lo mejor para el niño, termina siendo lo peor, afirma.
Hoy estoy contenta de que mis padres no me hayan dado todo lo que quise en cualquier época del año. Ellos sí que no cedían a mis ‘berrinches’.
Por supuesto, no soy un ser humano perfecto, pero sí puedo decir que en la actualidad no dependo económica ni profesionalmente de mis padres. Vivo con el dinero que me gano y en verdad valoro lo que me cuesta (desgaste físico y mental y muchos corajes).
Sobre todo, cuando obtengo junto con mi equipo de trabajo buenos resultados, me siento mucho mejor conmigo misma como persona y profesional.
Más allá de ese plano enfocado en mí, nunca olvido -principalmente en estas fechas y en el regreso a clases- lo que a mis padres les costó mantenerme y educarme. Así que las ‘flores’ no son para mí. Son para ellos.
Pero… si todo esto no te convence, recuerda que tampoco es lo mejor comprometer un presupuesto familiar por complacer caprichos que durarán unas cuantas semanas.
Aquí te dejamos algunos consejos para cuidar tu bolsillo este Día de Reyes.
Y a ti, ¿te gusta consentir a tus hijos?
Comentarios recientes